miércoles, 30 de octubre de 2013

El mejor skater niño del mundo


El skate, un estilo de vida que llegó para quedarse

Ser skater ¿una moda, un pasatiempo, un estilo de vida? “Es un estilo de vida” se escucha en coro. Ninguno de los miembros del grupo de skaters duda en responder, mientras a sus espaldas se escucha el sonido de la tabla que cae desde una baranda mientras “Matt”, apodo con el que se hace conocer, intenta recrear uno de los tantos trucos de este deporte urbano.

La cita en ésta ocasión es la pista de patinaje del Parque Sarmiento, el “skatepark”. Allí, comparten el espacio con gente que practica otros deportes sobre ruedas como patinaje en rollers. En la ciudad, otros lugares concurridos por éstos grupos son: la espalda del edificio de la Municipalidad, la plaza Alberdi en barrio General Paz, el Parque de las Naciones, Ciudad Universitaria, el edificio de Tribunales. “Cada lugar tiene algún elemento para hacer trucos como bordes, escaleras, caños o alguna rampa”, cuenta Rodrigo que patina hace 13 años y relata que comenzó a patinar como un hobbie y actualmente patina sponsorizado por una marca en algunas competencias.

Galería de Imágenes









Algo más que una tabla

Mientras que el sol cae y la tarde se despide, el paisaje es perfecto para los grupos, que si bien son variados en cantidad y edades, según ellos mismos no existen rivalidades y “todos se llevan bien con todos”. Es característico de ésta práctica la vestimenta, la música y el arte urbano plasmado en los graffitis, aunque también existen los “patimoda”, que según los mismos skaters utilizan sólo la imagen y del deporte saben muy poco.
Uno de los presentes, Luis Pereira, además de patinar hace 8 años, estudia diseño industrial y fue quién en 3 días diseñó y trazó un graffitti muy particular sobre la flamante pista de skate de Alto Villasol, uno de los complejos de GAMA. “El diseño lo pensé teniendo en cuenta las rampas y el circuito, integrando los trazos del dibujo a un todo”, explica “Twitst” y agrega que, si bien hubo una etapa previa de bosquejos en cada una de las áreas de la pista, hubo figuras improvisadas.

La pista tiene un tamaño aproximado de 30 metros de ancho por 30 de largo y existe gracias a la curiosa iniciativa de un aficionado muy particular: Georgio, uno de los hijos de Jorge Petrone quien junto a su grupo de amigos se juntan frecuentemente al skatepark del complejo.

vestimenta de los skaters

La vestimenta de los skaters es sencilla:
Pantalones anchos, entubados o bermudas (según el gusto del skater)
Camisetas un poco ajustadas y estampadas la mayoría de veces con el nombre del grupo favorito del skater o también esqueletos
Zapatillas anchas con suela lisa para un mejor agarre  de la tabla
En algunos casos una gorra con la viscera plana y estampado el escudo de un equipo de baseball de EE.UU.
Accesorios como pircings y tatuajes.

Una de las razones por la que los skaters visten asi es porque esa ropa es comoda para hacer los trucos y otra razon es porque la gran mayoria pertenecen a la cultura de los skate-punks y esa es la vestimenta de ellos.

TRIBUS URBANAS Vr SUBCULTURAS


¿Qué son las Tribus Urbanas?

Las tribus urbanas son agrupaciones conformadas no solo por por jóvenes sino también por adultos, que se reúnen a partir de ciertas afinidades que pueden ir desde el tipo música, la forma de vestir o la ideología en la que se basa la tribu. Este tipo de agrupaciones se conocen como tribus urbanas, a partir del hecho de que los grupos tienen las mismas características, pero se dividen en distintas partes de las ciudades. Algunas de las tribus urbanas más representativas son: las skinhead, los mods, las hardmods, boneheads, punks, glamers, hard rockeros, rastas, metaleros, ruedeboys/girls. Las tribus urbanas, opino no pueden ser denominadas subculturas, dado que este tipo de representaciones no se dan debajo de cultura sino dentro de la cultura, pues estas son respuestas que surgen a partir de los múltiples fenómenos de índole político, económico y cultural.

Origen de las tribus urbanas


Para comprender lo que sucede hagamos un poco de historia. El fenómeno de las tribus sociales o contracultura inicia al final de la Segunda Guerra Mundial, cuando del desencanto juvenil ante una crisis globalizada los enfrentaba a un futuro sin esperanzas aunque algunos apuntan incluso a fenómenos anteriores como génesis de la pérdida de identidad personal a través de la pertenecía de grupos que reemplazan la autoestima perdida con antivalores que se expresan lo mismo en el fanatismo deportivo de las porras, barras o hooligans, las sectas religiosas ultras, las maras, gangas o pandillas o cualquier manifestación social que sustituya en el joven el apoyo de una familia desintegrada, disfuncional o inexistente.


La primera tribu emergente de ese periodo es la de los “rebeldes sin causa”, etiquetados así por una sociedad sumamente conservadora y vigilante del status quo que rechazaba todo lo que le fuera ajeno en todos sentidos: valores sociales, moda, lenguaje, conducta, segregación racial, etc. y que no comprendía las quejas y demandas de una juventud que enarbolaba la libertad como bandera tanto en lo sexual como social. Esta tribu tuvo su versión europea en los beatniks o existencialistas franceses, amantes del jazz y de la lectura de Jean Paul SastreSimone de Beauvoir y en general, pedantemente intelectuales. Dos películas cincuenteras clásicas ilustran este fenómeno con claridad: Rebelde sin causa de James Dean y Natalie Wood y el rebelde de Marlon Brando, quien acuña el estereotipo generacional del joven vestido de mezclilla a bordo de una veloz motocicleta, ajeno a cartabones sociales y camisas de fuerza morales. La contraparte sesentera son los hippies o hijos de las flores, que al enarbolar la paz, el amor y las drogas alucinógenas como doctrina intentaban detener la leva obligatoria que nutría con sangre joven la inútil guerra de Vietnam que se prolongaría hasta casi mediados de los setenta y que daría paso a una resistencia social más beligerante y desencantada que fermentó a la siguiente tribu urbana, violenta y autodestructiva y que por su esencia proletaria, la que más largamente ha logrado subsistir : los punks.

Los punks surgen en la Inglaterra depauperada de mediados de los setenta, en los llamados council flats o multifamiliares gubernamentales, alojamientos baratos y de mínimo espacio destinados a desempleados profesionales que viven de la seguridad social y el bono de desempleo o dole. Estos espacios socialmente consanguíneos e incestuosos nutren a una banda rockera legendaria: Los Sex Pistols, conformada de base por sus dos motores, Sid Vicious y Johnny Rotten, quienes adoptan el pelo levantado en puas al estilo mohicano, pintado de colores brillantes, vestidos con bolsas negras de basura, alfileres y entubados jeans rotos adornados por estoperoles, todo ello aderezado con los imprescindibles tatuajes, adorno corporal hasta entonces limitado a presidiarios y marinos. El impacto de este movimiento social pasó inicialmente inadvertido. Pero la dureza de una realidad social común en esos años, derivada de una sociedad depauperada por guerras inútiles y altísimo costo de energéticos, similar a la que hoy vivimos, enfrentó a los jóvenes de entonces a un futuro sin perspectivas, con trabajitos mal pagados y una diferencia abismal entre clases sociales que nutre hasta el día de hoy un fuerte resentimiento y una frustración sólo encauzada mediante la destrucción.